Ileana Hieber

Los retos, el único camino hacia el crecimiento

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Por : Ileana Hieber, Coordinadora de Vinculación laboral de Éntrale, alianza por la inclusión laboral de personas con discapacidad

¡Hola soy Ileana! Hija de un mexicano de origen alemán y una venezolana de origen español.

Nací en la Ciudad de México, fui la tercera hija de mi papá y la primera de mi mamá.

El embarazo había sido perfecto, todo iba de acuerdo con lo planeado, sin embargo, días antes del parto el ginecólogo decidió adelantarle el parto a mi madre, días más o día menos… era igual.

En este proceso el médico tuvo que utilizar fórceps altos ya que, por una mala praxis con la oxitocina, me quedé atorada en el canal de parto y esto provocó una hemorragia, origen de mi discapacidad: Parálisis Cerebral.

En los años 90´México no contaba con muchos apoyos para personas con parálisis cerebral, mis padres buscando la ayuda idónea, identificaron que España estaba muy avanzada en este campo.

A los tres meses de nacida mis padres nos mudamos a España. En España pude estar en un colegio público incluyente, en cada salón estudiaba un alumno con alguna discapacidad y el resto de los compañeros no presentaban discapacidad alguna.

En la clase de educación física, iba a clase de fisioterapia donde me ayudaban cada día a caminar con un mayor equilibrio, me daban masajes para relajar la espasticidad y en la clase de español yo iba a la clase de terapia de lenguaje donde me ayudaban a tener una mejor vocalización y también apoyo en matemáticas.

Con este sistema estuve hasta primero de secundaria y fue a los trece años cuando mis padres me avisaron que volveríamos a México.

Me advirtieron que se me acabarían todos los apoyos con los que contaba en España, así que me tendría que poner las pilas y es que en el año 2004 en México había pocas escuelas con un sistema inclusivo, entre ellas el colegio al que me incorporé iniciaba con esta filosofía.

En mi proceso de admisión los coordinadores del colegio platicaron con mis papás preguntándoles qué tipos de ajustes necesitaría, el colegio estuvo abierto a darme todos los apoyos que solicité: ajustes en la clase de educación física, más tiempo en los exámenes o realización de los exámenes orales.

En definitiva, aunque el colegio no contaba con tantos apoyos como el colegio público de España, mi adaptación no fue tan difícil, me acuerdo de que en primero de prepa la escuela me empezó a dar mucha flojera y pensé:

– Llevo varios años en este colegio, ya hasta cariño me tienen y por tener una discapacidad, aunque no haga nada pasaré de año, con calificación aprobatoria.

Pero afortunadamente me di cuenta de que no era así, en cuarto de prepa terminé el segundo semestre de la materia de química con 0.7 de calificación final, cuando llegue a mi casa, mi mamá me preguntó:

– Hija ¿Cómo lograste esa calificación tan alta?

Yo le contesté: – por favor mamá me tienes que ayudar o tendremos que buscar otra escuela a mitad de preparatoria.

¡Definitivamente esto me hizo darme cuenta de que la sociedad que me rodeaba no me regalaba las cosas por tener una discapacidad y por lo tanto tampoco me tenían lástima!

Por suerte mi mamá es química, se apiadó de mí, accedió a darme clases durante dos meses y gracias a Dios aprobé el examen con calificación de ocho de promedio final, no me teniendo que cambiar de escuela.

Esto me trajo muchos aprendizajes importantes:

  • Los padres de familia son un elemento clave para que el individuo con discapacidad reciba todos los apoyos de parte del sistema educativo.
  • La sociedad en la que vivo no me regala nada por tener una discapacidad.
  • La sociedad tiene que retar a las personas con discapacidad, empezando por el sistema educativo y continuando por la empresa donde la persona empiece a trabajar.
  • Los retos permiten a cualquier persona comprobar que es capaz alcanzar objetivos de los que se consideraba incapaz.
  • Muchas veces una persona con discapacidad se tiene que enfrentar a perder poco a poco ciertos apoyos con los que contaba porque ya no los necesita, aunque le parezcan muy cómodos.