Mi primer trabajo

Compartir es una de las mejores maneras de crecer juntos. Es por eso que en mis primeros dos artículos abarqué el tema de los retos y de los cambios. Sin duda estos son una constante en la vida de todas las personas y un punto en el que todas y todos podemos conectar.  En esta ocasión, hablaré un poco de un factor que suele presentarse cuando nos enfrentamos a esas situaciones: El miedo.

En muchas ocasiones podemos llegar a pensar que alcanzar un deseo o una meta nos llevará a un bienestar permanente. 

Comenzar a trabajar sin lugar a duda es una puerta necesaria que debemos cruzar si queremos mejorar nuestra calidad de vida ya que,  como bien sabemos,  contribuye a nuestro bienestar emocional, físico y material, aumenta nuestras relaciones interpersonales, nuestra autodeterminación, inclusión social y finalmente, es parte de entrar a la etapa adulta del ser humano. 

En lo personal, obtener mi primer trabajo era un gran deseo y necesidad en mi vida, pero creo que para las personas con una discapacidad como yo implica un acto de valentía, porque es enfrentar al mundo real, sin privilegios, con consecuencias y esto puede darnos mucho miedo. 

Tenemos miedo a regarla, a no alcanzar las expectativas del puesto del cual somos responsables y terminar fracasando. Nos da miedo regresar al estado inicial. Sin embargo, ¿te has preguntado si nuestro caso es diferente al sentimiento de todas las personas que se enfrentan al mismo reto? 

El miedo no debe frenar nuestro crecimiento

Durante mi Maestría me hice amiga de una chica japonesa que nunca hablaba con extraños porque hacerlo le parecía muy peligroso, a lo que yo le contesté: “Lo padre de salir de nuestros países es conocer a esos extraños.” 

El miedo es intrínseco a la naturaleza del ser humano porque frena actos impulsivos que pondrían en riesgo nuestra sobrevivencia, pero dejarnos gobernar por él es decirle “No” al crecimiento, a nuestros sueños y aspiraciones de vida.

En ocasiones creo que las personas con discapacidad tenemos este pensamiento de miedo, sin embargo, creo que nos urge cambiar esta forma de pensar y sustituirla por la humildad, es decir, empezar a pensar que seguro hay personas que saben más que nosotros y que por lo tanto mi deber es acercarme con ellas, preguntarles y aprender.

Personalmente, mi primer trabajo me ha llevado a enfrentar mis debilidades, que siempre han estado ahí pero no había querido aceptar. Me ha ayudado a reconocer que la voy a regar mil veces, pero que soy responsable de ingeniar estrategias para mejorar esas áreas. 

Un trabajo es otro reto, como todos los que nos hemos topado a lo largo de nuestra vida. Nos tenemos que preparar para gestionar llamadas de atención, metidas de pata y explorar nuevas estrategias para mejorar y seguir creciendo. 

Tenemos que ser conscientes que desde hace dos años que inició esta pandemia, conseguir un trabajo y sostenerlo es un privilegio, por lo tanto, tenemos que cuidarlo y luchar todos los días por conservarlo. 

Por tanto, mis recomendaciones son: 

  • Identifica tus miedos y realiza las estrategias para vencerlos. 
  • Aprende de todos tus errores diseñando métodos para no volver a cometerlos 
  • Pide ayuda para mejorar todas las áreas de oportunidad